8 de julio de 2022

Las 4 claves para crear contenidos que atrapen a tu público en todos los formatos (sí, en todos)

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Mátame suavemente con una canción, cuenta mi vida entera a través de sus palabras. Todos conocemos la letra de esta composición y lo cierto es, que ya sea suavemente y con delicadeza, o con desgarro y de forma virulenta, hemos perdido la cuenta del número de veces que una canción habla de nosotros, aborda realidades cercanas, nos interpela, nos atrapa por completo. Una canción, una película, una novela, un reportaje periodístico, un anuncio publicitario, un documental, una crónica, una estrategia de marketing de contenidos, una pieza de branded content 

Palabras escritas en textos, recitadas en poemas o habladas en las ondas, pero también imágenes, sonidos y silencios. Nada hay más revolucionario que una historia, no importa la temática ni el formato. Nada tiene el poder transformador de un relato. Por este motivo, crear contenidos que atrapen al público es una herramienta muy útil para captar la atención de nuestro Buyer Persona, seducir a nuestra audiencia y fidelizar a nuestros clientes. ¿El problema? Tiene que ser de calidad, tiene que generar interés, tiene que colmar las expectativas de nuestro público y tiene que contener los elementos narrativos del storytelling.

A continuación te ofrecemos las cuatro claves imprescindibles para crear contenidos -en texto, vídeo, audio, con ilustraciones o como tu quieras- que atrapen a tu público y lo conviertan en un cliente potencial.

 

1.- Un arranque de película

Sea cuál sea el tema que vas a narrar, los primeros compases son clave. Es el equivalente a las primeras miradas o las primeras sonrisas en la comunicación interpersonal.

En un texto, se traduce en los elementos de titulación y en el primer párrafo. No es en absoluto sencillo resolver en una única frase directa, certera y atractiva la temática central del contenido que estamos abordando. Tampoco lo es elaborar ese primer párrafo que desarrolle la idea primordial de nuestro texto, pero que además contenga elementos de intriga y suspense para captar la atención, sea original, no lo hayamos visto escrito cientos de miles de veces, tenga interés y, sobre todo, nos aporte algún conocimiento que ignoramos. Si conseguimos reunir estos ingredientes será mucho más sencillo que nuestro público objetivo se quede con nosotros. 

En el ámbito audiovisual es exactamente igual de relevante. El programa Salvados, de Jordi Évole, es un pequeño manual de grandes arranques. Son sutiles, informativos y profundamente seductores desde el primer frame.

 

2.- Solidez en la estructura

La estructura narrativa es esencial. Hay que saber qué es lo que queremos contar antes de empezar a contarlo y a partir de este punto diseñar el guion que seguiremos para desplegar el relato. El guion, sí, ese recurso tan antiguo, es más necesario que la lista de la compra. Organiza las ideas, ordénalas por importancia, relaciónalas entre ellas, cuida las transiciones. Cada párrafo o cada imagen te tiene que llevar al siguiente elemento del relato de forma natural.

Con seguridad nuestra historia contendrá diferentes ideas, describirá distintos conceptos, aportará diversas perspectivas y desgranará distintos puntos de vista, por eso, es esencial hilvanarlos correctamente para que tengan un sentido unitario y conformen un todo. Cuando lleguemos al final tenemos que tener claro que nos han contado una historia. ¿Habéis visto Cincuenta sombras de Grey? Pues hay que hacer justamente lo contrario.

 

3.- Con ritmo

El ritmo es fundamental en cualquier historia. Los textos deben ser ágiles o se desplomarán con la violencia de un muro de hormigón dinamitado. El ritmo se consigue con el uso de sinónimos, intercalando párrafos de distinta longitud, a través de enumeraciones de dimensiones razonables, empleando frases breves y otras más largas, evitando la subordinación ilimitada, mediante el uso de interrogantes y con una puntuación esmerada. Una mala puntuación hunde irremediablemente la que podía haber sido una buena propuesta. 

Todo esto es trasladable al ámbito audiovisual, donde el ritmo se consigue con la variedad de planos -a través de un uso razonado de detalles, generales y secuencias- mediante transiciones bien articuladas, con giros de guion y con el uso de la música, el silencio y la palabra.

 

4.- Dame algo de interés

Y por fin llegamos al último punto, que en realidad es el primero de todos, pero lo hemos dejado para el final porque alterar el orden lógico de un relato es también un recurso narrativo.

Ni la mejor estructura, ni el mejor inicio, ni la composición más rítmica podrán sortear el hecho de que no tengas nada interesante que decir. Lo más importante en la elaboración de un contenido es tener claro desde el principio qué vamos a contar. Y la selección del tema no puede ser caprichosa ni fruto de una debilidad personal.

Elabora contenidos que respondan a las necesidades de tu público, que ofrezcan una solución a sus problemas, que les aporten nuevos conocimientos, que les abran nuevas vías de aproximación a sus demandas, que colmen sus aspiraciones, que sean útiles. Nada es peor que la intrascendencia. Que nuestros clientes lleguen a la conclusión de que nuestros contenidos son una pérdida de tiempo será el mayor de nuestros fracasos.

 

Y no lo olvides, si en este momento todos estos conceptos te resultan una cima inalcanzable, cuenta con nosotros, juntos elaboraremos tu próximo relato.

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