12 de febrero de 2016

Los 20 chefs más populares: qué se cocina en las redes sociales

Los 20 chefs más populares: qué se cocina en las redes sociales

Vivimos un boom gastronómico en las redes sociales. Alberto Chicote, Martín Berasategui o Jordi Cruz triunfan en Twitter. Cada semana nos subimos con alborozo a los trending topic de programas como “Top Chef”, “Masterchef” o “Pesadilla en la cocina”. Madrid Fusión y San Sebastián Gastronomika son platos fijos en nuestra degustación online y hace tiempo que los gastrobloggers forman parte del menú de nuestros hábitos en el ecosistema de los social media. Del chef, como del cerdo, se aprovecha absolutamente todo en las redes sociales.

El presente artículo tratará de ofrecer alguna de las claves a partir del análisis de la identidad online de los 20 chefs más populares: qué se cocina en las redes sociales y qué factores han influido en el éxito gastronómico online.

Larga vida a la televisión

Los datos analizados no ofrecen duda alguna. Ser televisivo es la llave para alcanzar el estrellato en las redes sociales. En Twitter, los chefs con más seguidores son Alberto Chicote (465.000), Karlos Arguiñano (287.000) y Martín Berasategui (223.000). En Facebook sucede algo parecido, con Karlos Arguiñano (1.131.369), Martín Berasategui (201.125) y David de Jorge (122.304) en las tres primeras posiciones. Y en Instagram también, con Paco Roncero (108.000), Jordi Cruz (101.000) y David Muñoz (91.400) en cabeza.

Si vamos al cómputo total de seguidores, Karlos Arguiñano es el rey (1.444.469 seguidores en Twitter, Facebook e Instagram), flanqueado por Alberto Chicote (611.014) y Martín Berasategui (448.225).

Twitter, rey de los fogones

Si en la cocina, la paciencia y el tiempo son clave para conseguir un plato redondo, en las redes, cuanto más inmediato mejor. Twitter se muestra como el medio por excelencia de los chefs, frente a Facebook o Instagram. Los 20 chefs analizados acumulan en sus perfiles personales 1.934.136 seguidores en Twitter, por 1.873.250 fans en Facebook y 552.557 en Instagram. Y aquí hay que incluir la alta desviación media provocada por el millón largo de fans con los que cuenta Arguiñano, el rey del perejil, en Facebook, lejos de los 201.125 de Martín Berasategui, que ocupa el segundo lugar. ¿Qué factores influyen en esta predominancia de Twitter? Seguramente, están relacionados con las sinergias de esta red social con la televisión. Chicote, Arguiñano, Berasategui o Jordi Cruz cuentan o han contado con un programa de televisión. Como se explica más adelante, Twitter completa la experiencia de visionado. Los programas gastronómicos son conscientes de ello y tratan de promover la conversación social, donde los chefs son los principales beneficiados.

Un hecho reseñable es el margen de mejora que tienen los chefs analizados en Instagram, la red social de moda. Y más teniendo en cuenta dos factores clave. El primero que Instagram es una red propicia para las marcas personales y las celebrities. Y el segundo, que la gastronomía es una temática estrella en esta red social. Sirva como dato las 151.850.780 fotografías etiquetadas con #food.

Pero, ¿qué se esconde detrás de todas estas cifras?, ¿qué factores son los que han convertido a los chefs en referencias en las redes sociales? La marca personal, la cultura de la celebridad y el fetichismo de la gastronomía son la respuesta.

 

  1. Yo, mí, me, conmigo

En 1997, Tom Peters escribió un artículo en Fast Company donde animaba a las personas a convertirse en CEO’s de su propia marca: YO Inc. Para Peters, el branding personal era clave para el éxito en el negocio. ¿Qué te diferencia del resto? ¿Cuál es tu valor añadido? Las mismas preguntas que se hacían marcas como Nike, Apple o Ford eran aplicables a uno mismo.

Los chefs se han convertido en la prueba de que Tom Peters tenía razón y han conseguido construir sólidas marcas personales. Son líderes, tienen reputación personal y desprenden un halo de autenticidad, los ingredientes clave para que los usuarios los conviertan en referencia.

De todos los chefs analizados en el estudio, hay uno que apuesta claramente por la marca de su restaurante, Aduriz con Mugaritz (en menor medida Joan Roca con Can Celler), mientras que el resto triunfa más con sus cuentas personales. Chicote tiene 465.000 seguidores en Twitter por 12.000 de su restaurante Yakitoro; Jordi Cruz, 24.582 fans en Facebook por los 10.118 de Abac; Ángel León, 65.200 seguidores en Twitter por los 18.000 de Aponiente.

Quique Dacosta o Martín Berasategui han dado un paso más allá y han desarrollado la estrategia de marca de su negocio asociada a su marca personal con resultados sobresalientes.

Sin embargo, sorprende que la precisión milimétrica con que se aplican en sus cocinas no se haya trasladado a su estrategia online. Si bien los chefs asumen la importancia de poseer una sólida marca personal, no se observa un patrón de presencia en las redes sociales por su parte. Hay chefs que tienen una cuenta personal en Twitter y una página del restaurante en Facebook, otros al revés y otros que apuestan únicamente por la marca del restaurante.

 

  1. La cultura de la celebridad

En su artículo, Peters hablaba de la necesidad de dar visibilidad a la marca personal y los millones de dólares que invertían las grandes marcas para conseguirlo en publicidad. Por suerte para los cocineros, son un producto muy apetecible para los canales de televisión. Alberto Chicote, Martín Berasategui, Karlos Arguiñano, Robin Food, Samantha Vallejo-Nájera, Jordi Cruz, los hermanos Torres o Ángel León aparecen diariamente en las parrillas televisivas. Esto se traduce en un alto grado de notoriedad al ritmo frenético que marca Twitter a base de trending topics. Top Chef no sería lo mismo sin los hashtags semanales de @hematocritico y @NoelBurgundy, lo mismo que la última edición de Masterchef no se entendería bien sin los memes de ese león come gamba que tanto nos emocionó.

Reconozcámoslo, por nuestros chefs, matamos. Que no nos los toquen. Nos gusta saber para qué usan el alginato, con quién se ven, sus proyectos personales y empresariales, sus preciosos atardeceres, qué compañía de electricidad ilumina su casa, qué producto lácteo consumen, su último evento social… Es la consecuencia de la cultura gastronómica como fenómeno pop que señalaba Time: una cultura de la celebridad que se hace omnímoda en las redes sociales.

 

  1. El fetichismo de la gastronomía

Hoy conocemos tipos de harinas más allá de nuestras posibilidades. Sabemos que Agar Agar no es un protagonista de Star Wars sino un gelificante. El “brunch” nos parece lo más y no faltan en nuestra cocina sopletes y moldes de silicona de todas las formas imaginables.

Sí, somos unos fetichistas de la comida. Hemos descubierto que el universo de la gastronomía se extiende hasta el infinito y más allá. Somos, como dirían Lipovetsky y Serroy, unos consumidores transestéticos. En la gastronomía buscamos: “hedonismo, autorrealización, autenticidad, expresividad, búsqueda de experiencias”.

Y, por eso, nos metemos en vena los viajes gastronómicos de los Hermanos Torres, criticamos el uso del nitrógeno en las pruebas de eliminación de Top Chef, devoramos con avidez las recetas y chistes de Karlos Arguiñano y fotografiamos desde todos ángulos posibles nuestras visitas a los templos gastronómicos.

 

A continuación, compartimos la infografía con el Ranking (Octubre 2015) de los chefs más populares… Bon appétit!

 

Infografía: Los 20 chefs más populares: qué se cocina en las redes sociales

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